En las últimas décadas, el deporte profesional ha transcendido su función original como mera competencia atlética para convertirse en un espacio altamente simbólico donde se proyectan y negocian valores sociales, políticos y culturales. Por ejemplo, franquicias que utilizan su plataforma para conmemorar Black History Month, el mes de herencia hispana, etc; o deportistas como Colin Kaepernick, quien se arrodilló durante el himno nacional en la NFL para protestar contra la brutalidad policial y el racismo sistémico, o Megan Rapinoe, figura del fútbol femenino que ha levantado la voz por la igualdad salarial y derechos LGBTQ+, han utilizado su visibilidad para poner sobre la mesa temas sociales urgentes